Ojos mirad por última vez. Brazos, dad vuestro último abrazo. Y labios, que sois puertas del aliento,sellad con un último beso.
-¿No eres Romeo, y además Montesco?
-Ni una cosa ni otra si te disgusta preciosa mía.
El manto de la noche me esconderá de ellos, con tal de que me quieras que me encuentren aquí. Más vale que acabe mi vida por su odio, que prorrogar la muerte sin tener tu amor...

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